Diploma "Concurso El bien y el Mal" de Irene Comendador

Diploma "Concurso El bien y el Mal" de Irene Comendador
Por la participiación de "Sueño Herido"

Un regalito de nuestra mamá a distancia!

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Gracias Sirene MUCHOS BESOS PARA TI [Kri3ger]x[Reit3r]

martes, 1 de febrero de 2011

Happy Spooky Birthday to me???

Pero al final solo es otro año más. 25 años de existencia se dicen tan fáciles, pero la única verdad es que han sido turbulentos, fríos y muy…muy complicados. Esa es la verdad y al final es lo único que cuenta.
Hoy en la mañana me levanté temprano y decidí que no iría al servicio en el hospital… así por mis ganas no fui, pero eso que ni qué, me levanté temprano y comprendí que ya no soy aquel niñito de hace quince años que se levantaba muy temprano para vestirse impecablemente con el uniforme escolar, peinarse con cuidado… ya no soy ese que bajaba y desayunaba, ni tampoco el que se preparaba solito el sándwich con lechuga, mostaza, crema, aderezo, jitomate, queso, jamón y mucha…mucha crema y lo guardaba junto a un gran recipiente de agua de jamaica, dos manzanas, un yogurt, una barra de cereal y claro… una barra de chocolate.
Sin embargo me di cuenta de algo… sigo despertándome temprano y vistiéndome para verme muy bien (aunque la mayor parte del día me lo paso junto a un cadáver), y sigo pensando que la vida apesta mucho.



No, no fue fácil antes ni lo es ahora. Antes me daba miedo (admito) tener errores, dejar de ser el perfecto, el obediente, el de buenas calificaciones… solo tenía que ser el mejor… jamás tenía que perder… jamás, ya había perdido muchas cosas.
Cuando tenía quince años me preguntaba lo que estaría haciendo dentro de diez años y con cierta alegría me doy cuenta que no soy lo que odié ser… pero tampoco soy lo que pensé que ya sería. Y ¡¡¡me encanta ser médico forense!!! Pero dejé el teatro y la actuación, dejé de lado los performance urbano y las presentaciones, porque eso… eso no da de comer al estómago… solo al alma.



Me vi al espejo y primero me llené de tantos sentimientos, porque no reconocí al “ese” adulto, el cual juré que nunca me convertiría, pero entonces ¿dónde estaban esos reflejos que al menos me dejaban satisfecho? Y las preguntas volvieron a asaltarme: ¿quién se robó mi infancia? ¿A dónde se fue mi adolescencia? Debo admitir algo, muy probablemente no me crean, pero de no ser por fotografías no me acordaría de mi “yo” como niño…de verdad y tampoco es que quiera recordarlo… mucho y es que estoy en ese proceso. Entonces recordé ese reflejo que tanto me gustaba, el que extrañaré por siempre, ese reflejo oscuro, sumido en negro y palidez absoluta, tan andrógino… tan cazador, tan manipulador, tan quizá (y como muchos me decían…tan anoréxico… ¿? ¿?... eso nunca lo entendí bien) esbelto y perfecto. Aunque claro, dicha al menos y un punto a mi favor que la genética me ha puesto de su lado y que gracias a ella me veo casi igual que hace tantos ayeres, sino que además seré muy longevo (eso como no termina de convencerme)



Entonces en ese espejo había un pequeño niño del que apenas me acuerdo, un gótico andrógino que podía deshacer el mundo a patadas con solo tronar los dedos y estaba, claro (y porque no) el chico que cumplía otro año más de pisar la tierra… ese que ya no tiene los ojos delineados en negro, ni el cabello algo largo. Solo estaba yo, un chico “cool” en todos los sentidos que viste como otro más… no me quejo de mi look rocker y retro, pero no es lo que yo me imaginé hace muchos años atrás…

Pensé también que algo se puede destacar de todo esto, volviendo diez años atrás siendo el perfecto misántropo pero después de todo destacando por mucho, siendo bastante misógino y lo admito harto insoportable en muchas cuestiones… he cambiado, claro ¿por qué no?
Ahora, a pesar de que sigo sin soportar a mas del 90% de los que me rodean intento tolerarlos más, pero sí, sigo pensando que ese 90% debería desaparecer… También comprendí (aprendí y descubrí) que puedo vivir con alguien en relativa paz… no fue fácil, más nunca me imaginé que podría estar con una sola persona durante largos tres años sin matarla o echarla de mi casa aun cuando me prometí a mí mismo que mi independencia tan exitosamente lograda a los 17 casi 18 seguiría tal cual estaba por el resto de mi vida. Ahora que lo recuerdo también me juré que no dependería de tal o cual persona y no sé si llamarlo suerte, bendición o qué, pero para bien o para mal supe que en esta pelota atmosférica llamada Tierra tengo dos identidades, una masculina y una femenina y ¡curiosa la vida! Ambos en su momento… no podía ni tolerarlos.


Si, si, si. Los primeros años de convivencia con mi identidad femenina fueron sin duda los más desgastantes, queríamos exterminarnos mutuamente y en variadas ocasiones nos ocasionamos más de un problema en el colegio por casi agarrarnos a golpes. Ahora esa identidad femenina (cuyo humanito interno es un cabroncito bastante divertido) es sin dudarlo la chica que más me conoce y la única con la alguna vez pensé unir mi vida por el resto de mis días… a la que alguna vez contemplé como posible compañera y madre de mi hijos (pero en ese tiempo… ni hijos quería tener, es más odiaba tener uno cerca) y que sin más se convirtió en la confidente perfecta que gracias a su propia morbidez y algo torcida mente pudo abrirse en la mía propia y descubrir (aunque le cueste) lo que tantas cosas pasan por mi cabeza y que (aunque le cueste) también ella es una máquina de generar ideas. Que aunque me guste o no… son cosas que yo también pienso y que a ella la asustan, no porque sean malas o buenas… pero a la gente muchas veces le da miedo romper esquemas y mi identidad suele romperlas sin darse cuenta. ¡Me encanta!



Lo mismo con mi identidad masculina, y más a ese quería aventarlo por la orilla del mundo para no volver a su cara y curioso caso, mi progenitor nos recordó que nosotros ya nos conocíamos de pequeños. Yo reitero, prefiero olvidar el pasado de la niñez y hasta la fecha intento reconciliarme con el espectro de ese niño que perdí (más bien robaron). Como sea… aun cuando a mi identidad masculina; con la que constantemente me encontraba gracias a esas reuniones de nuestros padres, yo todavía tenía ganas de patearlo y el día que llegó a mi casa le cerré la puerta en la cara, le negué el paso y por poco mi ayuda… nunca imaginé que se quedaría a mi lado, que tendríamos que aprender a ver los defectos y virtudes del otro, ni que aún con esa amabilidad que es su mayor debilidad me ayudara como nadie cuando los recuerdos del pasado me atacaron por culpa de cuatro personas que en su momento hicieron de mi vida un infierno y me tiraron a lo profundo de un abismo que según yo tenía bien tapado y aún así… al igual que mi identidad femenina muy al pie del cañón se quedó a soportar mis berrinches e histerias Siiii, nunca imaginé que se quedaría conmigo tres años.



Según yo, cuando tenía quince y me imaginaba mi presente actual, sería un triunfador como siempre, pero si antes era misántropo, yo suponía que a esta edad lo sería más y cual es mi sorpresa que con los años me reconozco como un ser de evolución, alguien que en verdad puede madurar en el sentido de admitir que me equivoqué y que en muchos momentos de mi vida agradezco al cielo el haberme equivocado, porque entonces si, estaría jodido.

Como escuchó últimamente que debería sentirme orgulloso porque a mi edad no aparento los años que llevo cargando a cuestas. Pero… se engaña a la cámara, se confunden a las personas, pero al tiempo no, no se pueden olvidar esos 25 años, sencillamente porque con todo y que soy bastante sano por miedo a todas las enfermedades que moran en esta tierra (llámese: VIH, cáncer, diabetes… etc.) el tiempo no da tregua y aunque soy fuerte, lastimé mucho cuerpo siendo joven cuando casi me creía inmortal, cuando solo tenía hielo en las venas en lugar de sangre… mi cuerpo me pasa la factura de a poco. Me cansó más rápido, me embriago más rápido, me cuesta mucho aceptar que estoy creciendo y más terror me da los 30 años… y para eso solo restan 5… Pero el cabreo mayor se lo lleva la sola idea de que algún día dejaré de ser este estuche que tanto me gusta, por el cual me partí el alma en conservar… ¿exagero? Pues si, muy probablemente… pero ese es mi sentir. Odio saber que ya tengo un año más a mi vida, pues ignoro si algo en mi fisonomía cambiará radicalmente y aún cuando las personas más allegadas a mí me recuerdan que mi madre teniendo 48 se ve como en sus 20’s, que mi padre en sus 49 parece en sus 30’s y que mis veinteañeros hermanos, al igual que yo se siguen viendo como adolescentes… no me halaga… solo me medio conforta…

A los 22 me cansé mucho… había logrado tanto y fallado en poco que me extralimité y terminé  sucumbiendo en un elevador del hospital… causa y efecto de trabajar mucho no solo para darme gustos (gustos que en realidad eran responsabilidades, ya saben: una renta de un departamento súper guay en una zona súper guay, el coche que adoro y la ropa que tanto me gustaba) y es que en verdad tenía “cosa” de ser como uno más de los chicos de mi edad… con un empleo mediocre y mal pagado, no… yo estaba avanzando… y si caía… el saberme en “ceros” me ponía de malas.

Finalmente… aún no estoy donde quiero estar, pero trabajo en ello, no soy aún lo que quiero ser, pero trabajo en ello. Tengo a las personas que necesito y sigo trabajando en ello. Mi actitud ha cambiado, pero aún trabajo en ello. Mi humor iracundo, explosivo siguen siendo eso… explosivo, pero trabajo en ello, al menos río más y estoy más relajado que antes. Si, lo sé… soy (y tomo aire para decirlo): narcisista, ególatra, egocéntrico, vanidoso, presumido, irreverente, hedonista, sibarita y hablo tres idiomas: ironía, sarcasmo e indirectas. Me gusta seguir jodiendo a la gente que se deje y a lo que no también y más a esas!! Cómo me divierte!!

Aún me quedan rasgos de ese chico que saboreaba la decadencia mental de las personas y que contribuía a seguir con esa decadencia, que veía en las lágrimas ajenas un placer soberbio. Y una enseñanza se quedó conmigo de todo ese derroche de soberbia que luego se me estamparía en la cara: todas las decisiones que tomas tienen efectos secundarios años después, y las decisiones que no tomaste (sobre todo esas) también las tienen. A eso se le llama enseñanza de la vida.

En conclusión… no tengo conclusión, la vida no concluye aunque yo lo sienta así, ni ahora, ni en cinco años ni en lo que me reste de vida… no… no tengo conclusiones porque así como deshecho personas y compañías y pensamientos… así mismo aprendo, me renuevo me encuentro.

Happy birthday To me? No lo creo, pero gracias a todas y todos los que se acordaron de mí este primero de Febrero.

[Kri3gerxHolkan]